La zona de Riviera Maya ofrece muchísimas actividades para realizar. Si te alojas por la zona de Cancun, Playa del Carmen, Tulum, Akumal, … no te puedes perder los miles de sitios y rincones que posee esta increíble zona de México.
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Nosotros nos alojamos en el hotel Grand Palladium Kantenah, lugar muy recomendable para alojarse, entre las poblaciones de Tulum y Playa del Carmen.
Desde allí hicimos varias visitas por nuestra cuenta, acercándonos a Playa del Carmen en van local, así como visitas al centro de nado con delfines de Dolphin Discovery y el increíble nado con tortugas y mantas rayas en la playa de Akumal (de los que hablaremos en futuros post).
Sin embargo, las excursiones más famosas son las referentes a las ruinas mayas (Tulum, Coba, Chichen Itzá, Ek Balam,…), combinadas con baños en playas o cenotes, para aliviar el calor.
Nosotros hicimos un grupo de 10-12 personas en el foro de «Los Viajeros», contratando a Andrés de la Mora, guía turístico oficial, el cuál os recomiendo tanto por sus conocimientos como por el servicio que ofrece.
Realizamos con ellos 2 excursiones, las más típicas:
1) Chichen Itza – Cenote Ik Kil – EK Balam – Aldea Maya
El guia fue Andres y el chofer Martin «Marinero». Nos recogieron a las 07:15 en el lobby del Palladium Kantenah. En realidad era a las 06:45, pero una pareja se quedó dormida, por lo que no fue culpa suya.
Las explicaciones de Andres fueron una delicia. Increíble como va hilvanando conceptos y te explica todo con sumo detalle, apoyado
en su tablet y un cuaderno con dibujos. El trayecto hasta Chichen se pasa en un pis-pas. Desde el primer momento te das cuenta que estás ante un crack de guía, y ademas también tiene sentido del humor.
A las 09:45 llegamos a Chichen Itza. Alli te sigue explicando la historia de los mayas, el calendario maya, la piramide, etc. Después te deja tiempo a tu aire para recorrer las ruinas y comprar en los puestos.
A las 12:00 partimos hacia el cenote Ik Kil, al cual se tarda unos 10 minutos.
El cenote es muy bonito y puedes tirarte desde diferentes alturas. Hay taquillas para dejar las cosas o puedes dejarlas en las van. Nosotros cogimos una, para hacer fotos con la reflex, pero tened cuidado y que no os pase como a mi, que me tire desde 5 metros como un pardillo con la llave colgada al cuello con una cuerda, y al zambullirme al agua, la llave se fue al fondo del cenote… La gracia fueron los 220 pesos, unos 14 euros, que me cobraron por perder la llave!. En el mismo cenote hay un restaurante, con unos 6-7 platos para elegir, no es mucha variedad, pero sí está bien la comida.
Después de comer, fuimos a Ek Balam, haciendo una mini parada en el pueblo de Temozón, en una tienda de «abarrotes», osea un mini super, para el que no tuviera nada que llevar a los niños de la Aldea Maya, que comprara algunas chuches. El pueblo es curioso, y hay unos vehículos que nos recordaron a los tuk-tuks de Tailandia.
Tras la parada técnica, y un camino de unos 45-50 mins desde Ik-Kil, llegamos a Ek Balam. Para nosotros, las ruinas mas bonitas, por aquello de ser las mas salvajes. Al comienzo, hay una estructura comida por los arboles, que nos recordo al templo Beng Mealea de Camboya, salvando las distancias claro.
Más explicaciones de Andres, y subimos la preciosa piramide de Ek-Balam. Gran momento subir arriba y contemplar toda la selva alrededor.
Tras Ek Balam, fuimos a una de las aldeas mayas de Ek Balam. Andres y Martin hacen un trabajo increíble, y para todo aquel que lo dude entre visitar un poblado o Valladolid, tenéis que ir a uno de estos poblados!. Es muy emotiva la visita, desde que ven aparecer la van, los niños van como locos llamándose unos a otros y siguiendo hasta donde para la van. Martin los organiza en fila y se procede a entregar todo lo que traes para ellos.
Al principio, te sientes un poco incomodo, porque pareces que eres el Rey Mago, y que lo que llevas no va a valerles para nada, como darles migajas, pero la verdad ves su cara de felicidad y la de su familia, y pronto te emocionas.
Andres y Martin suelen ir variando la aldea que visitan, y te demuestran la buena gente que son, cuando ves que sacan una silla de ruedas para uno de los niños discapacitados del pueblo. Anteriomente, habian llevado otra silla a una niña, y en cuanto pudieron consiguieron otra para otro de los chicos.
Tras ello, jugamos un partido de fútbol en el campo de juego del pueblo, con varios de los niños. Me llamó la atención que aunque hablan castellano, jugando al fútbol hablaban en maya entre ellos, !para que no les entendiéramos lo que se decían!.
Fue una de las mejores experiencias del viaje, sin duda.
Tras la visita, fuimos camino de los hoteles (película mexicana incluida), llegando al Palladium sobre las 20:15, más tarde de lo previsto, y sin meter ninguna prisa en ningún momento por parte de Andres y Martin. Todavía quedaba gente por dejar en Playacar, asi que esta gente se da un buen tute levantándose temprano y recogiéndose ya de noche. Toda nuestra admiración para ellos.
2) Tulum – Playa Paraiso – Gran Cenote – Coba
El guia fue Manuel Cortés y el chofer, de nuevo, Martin «Marinero». Nos recogieron a las 0750 en el lobby del Palladium Kantenah. Esta vez eramos 12 personas. Manuel se encargo perfectamente de indicarnos todo lo que ibamos a ver, y de hacer las explicaciones pertinentes en cada sitio que visitamos.Es de ascendencia maya (su segundo apellido es Pech), por lo que te explica muy bien cualquier cosa relacionada con ellos. En breve llegamos a Tulum, y Manuel nos contó con detalle cada una de las ruinas. El encanto de éstas, es que están situadas al lado del mar.
Todas las ruinas son diferentes entre sí (Chichen, Ek Balam, Tulum y Coba) por lo que creemos que merece mucho la pena ver al menos estas cuatro. Tras las explicaciones, y algo de tiempo libre para fotos con los acantilados y las ruinas de fondo, pusimos rumbo a Playa Paraíso. Es una playa muy bonita y fotogenica, pero que al haber un hotel al lado con sombrillas, no es lo paradisíaca o virgen que algunos pueden suponer con ese nombre.
Tuvimos tiempo para refrescarnos y tomarnos unas fresadas o piñas coladas en un bar de la misma playa. Esto no esta incluido en la excursion, pero es el canon a pagar por entrar en la playa. Tras la playa, pusimos
rumbo al Gran Cenote, un cenote muy bonito, donde hay una parte donde puedes nadar entre estalactitas, y tambien alguna tortuguita.
Tras el cenote, fuimos a comer a Coba Pueblo, a un restaurante llamado Chile Picante, donde un afable mexicano había preparado un menú muy rico para nosotros: Nachos, arroz con frijoles, cochinita pibil, pollo pibil, pescado «empanizado» (como dicen allí, :))… Todo muy muy rico, la verdad. La bebida está incluida. Muy recomendable el sitio.
Tras la comida, y tras dar cuenta de algunas cervezas cortesía del minibar del Palladium, que el gran Marinero se encarga de mantener fresquitas en la nevera, llegamos a Coba. Allí cogimos una bici-taxi por mayoria del grupo, pero Manuel no tiene problema en ir andando o en bici. De hecho el fue en bici y nosotros en bici taxi. Manuel te explica con detalle los juegos de pelota, las estelas, anecdotas,… para llegar al final a la piramide de Coba. Creo que tienen pensando prohibir la subida, así que
aprovechad los que vayáis. La subida es fácil, pero al tener los escalones tan desgastados hay que tener cuidado al bajar. Yo como soy de tropezar, aseguré y baje de culo. Hay que tener cuidado porque aquí tanto en Ek Balam, hay quien se ha lastimado bastante en alguna caída. Sin duda, otra ruina que merece la pena.
Tras visitar Coba, rumbo a los hoteles y fin de la excursión sobre las 18:30, creo recordar.
Para finalizar, tan sólo indicar que ojala nos encontraramos a todos los sitios a los que viajamos, con profesionales tan buenos y tan buena gente como Andres, Martin y Manuel.
Les deseamos mucha suerte y que sigan enseñando aquel paraíso a todos los que lo visitamos.
